viernes, 2 de enero de 2015

Catalina, en busca de su amor Capitulo 20 La despedida Final





Un día nuevo amaneció en la granja, mientras Hector y Catalina pasaron la noche juntos. Avanzamos una semana adelante desde ese momento. Esa semana, Hector iba mucho al baño y estaba mas distante de Catalina. Catalina tampoco estaba demasiado bien, ya que tenia muchos mareos. Entonces una mañana al despertaste, mientras todos desayunaban en la cocina:
Hector: Catalina, voy a ir al medico esta mañana para hacerme unas pruebas, supongo que para la hora de comer volveré.
Catalina: Vale, ¿Quieres que te lleve Lidia en su coche?
Hector: No, no hace falta tomare un taxi
Catalina: Avísame cuando salgas cariño
Hector: Lo haré.
Al cabo de 15 minutos el taxista estaba tocando el claxon, asi que Hector salio de la casa y se monto en el taxi rumbo al hospital
Lidia: Hermana, Hector esta muy raro
Catalina: Lo he notado, desde aquella noche lo noto distante, como si le pasara algo.
Lidia: Deberías hablar con el cuando vuelva.
Catalina: Si, es lo que tenia pensado.
Hector llego al hospital y se dirigió a la 3 planta a ver a su doctor habitual el doctor Marcos Honrado.
Cuando llego a la consulta toco la puerta y entro dentro de la consulta.
Dr Marcos: Adelante, tome asiento por favor. Aquí observo que usted a venido a hacerse unas pruebas.
Hector: Si, así es.
Dr Marcos: Bien, túmbese sobre la camilla boca arriba.
Hector fue a colocarse sobre la camilla.
El Dr Marcos fue escuchando su corazón ademas de sus pulmones
Dr Marcos: No oigo nada fuera de lo normal, ¿Que síntomas sentías?
Hector: Sangraba a través de la boca y me quedaba sin respiración por unos segundos como si estuviera cogido por alguien por el cuello.
Dr Marcos: ¿Desde cuando le va ocurriendo esto?
Hector: Desde los 15 años, a veces es mas fuerte otras veces liviano, ningún medico a sido capaz de diagnosticarme lo que me pasa, solo podía pincharme un antibiótico cuando me daba, esa era la solución de siempre.
Dr Marcos: Podrías tener cáncer en los pulmones, o quizás sea una enfermedad rara, con la que tendrás que convivir. Creo, que te dejaremos en observación a hasta mañana y así, si te vuelve a dar fuerte poder hacer algo mejor.
Hector: De acuerdo doctor.
Dr Marcos: Salga y espere fuera, en unos minutos una enfermera vendrá para darle unas cosas y para guiarle asta su habitación.
Hector: Gracias doctor, decía mientras salia de la consulta.
En lo que venia la enfermera Hector llamo a Catalina por el móvil.
Catalina: Cariño, ¿Que tal va todo?
Hector: Bueno, el doctor a dicho que me quedare ingresado hasta mañana, quieren ver como evoluciono.
Catalina: ¿Como evolucionar? ¿Es que ocurre algo malo?
Hector: No lo se, es algo que tenia desde pequeño, pero tampoco quiero que te quedes preocupada, todo saldrá bien.
Catalina: No, no me quedo tranquila. Después de comer iré al hospital para estar contigo.
Hector: Vale, te pondré un mensaje de texto para que sepas en que habitación estoy.
Catalina: Te quiero cariño.
Hector: Y yo a ti Catalina, hasta ahora.
Al mismo momento de cortar la llamada, una enfermera se reunió con Hector para ir a su habitación. Cogieron el ascensor y subieron a la planta superior, justo a unos cuantos pasos llego a la habitación 320 entro y se acomodo en la camilla. Después la enfermera le puso un suero, para evitar el dolor.
Catalina en la granja, estaba nerviosa y momentos antes de salir lloraba no podía contener el dolor que llevaba. De camino en el coche con Lidia, Catalina lloraba y Lidia y no encontraba las palabras adecuadas para relajara. Catalina solo quería llegar al hospital para ver a Hector. Al cabo de media hora llegaron al hospital. Catalina entro al hospital y con el mareo se resbalo y cayo al suelo, un enfermero le ayudo a levantarse y ella siguió su camino al ascensor, hasta la habitación de Hector.
Una vez en el ascensor respiro un poco, y cuando se abrió el ascensor siguió corriendo una vez llego. Hector estaba en la habitación dormido, el doctor Marcos estaba con el.
Dr Marcos: Por favor ¿podría salir de la sala?
Catalina: Con los ojos con lagrimas dijo, es que soy su pareja.
Dr Marcos: Lo entiendo pero por favor salga un momento, ahora hablare con usted.
Catalina se resigno a salir y observar a través del cristal, esperando saber noticias de Hector.
Una media hora después el doctor salio de la sala, para hablar con Catalina:
Dr Marcos: Bueno, Hector, tiene una enfermedad desconocida aun no sabemos el origen, quizás este enfermo de los pulmones, es algo muy delicado.. lo siento mucho.
Catalina se quedo en no se lo creía y agarro al doctor Marcos tirando de su bata blanca de medico, mientras lloraba diciendo NO! NO! NO!.
Dr Marcos: Siéntese y relájese, puede entrar a verle, pero no haga mucho ruido.
Catalina: Gracias doctor.
Catalina entro dentro de la habitación y se sentó justo al lado de la camilla donde estaba Hector.
Hector: Cariño, has venido.. ¿Porque esas lagrimas?
Catalina se levanto y se abrazo a Hector llorando desconsoladamente de la noticia del doctor.
Hector: Catalina.. te tenia que haber contado esto desde hace tiempo y no ahora. Lo siento mucho. No se lo que me puede quedar de vida.
Catalina: Por favor no te vallas cariño.. no por favor, eres mi vida.
Hector: No, ahora tienes a alguien a quien cuidar y lo llevas ahora mismo dentro de ti.
Catalina: ¿Como?
Hector: Aquella noche romántica, por la noche, cuando nos acostemos, al no saber cuanto tiempo me quedaría decidí, hacerlo contigo así tal cual y quería dejarte embarazada, no para crearte problemas, sino para que tuvieras un pequeño Hector y te acordaras de mi todos los días de tu vida.
Catalina: Se abrazo de nuevo llorando a Hector y besandole. Catalina no se creía el regalo que Hector le había hecho, un regalo muy especial para ella.
Hector: Valla donde valla, este aquí o en el cielo, tu seguirás en mi corazón.
En la madrugada de esa misma noche Hector murió. Todo el mundo se quedo muy afectado por su muerte, sobre todo Catalina. Al día siguiente, enterraron a Hector en el cementerio. Desde aquello pasaron unos meses y Catalina dio a luz un precioso chico, ella cuando lo tuvo en sus brazos, lo unico que podía hacer es llorar, ya que, era un regalo de la persona que siempre amara y que ahora vuelve a tener en sus brazos. FIN.

Autor: David Navarro


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